Tú eres el protagonista de tu vida.
Puedes seguir mendigando un sueldo, maltratando tu cuerpo con los hábitos de una cucaracha o quejándote de unos políticos que nunca conocerás (y no les importas).
O puedes tomar la responsabilidad de tu vida y crear tus propias fuentes de ingresos digitales para poner tus reglas.
Ya has dado el paso más difícil al emprender por tu cuenta. Ahora, puedes hacerlo bien.
Tú decides cómo vivir.
Si quieres que sea en libertad (y amor), apúntate aquí.
Dicen los que saben de las cosas que en el futuro no poseerás nada y serás feliz.
Qué ingenuos.
Como si ser feliz fuera lo único que queremos en la vida.
Yo, en esta vida, quiero disfrutar, sufrir, aprender, olvidar, amar, perderme, encontrarme, conectar, amarte, resonar, beber, reír, llorar, y muchos más verbos que ahora no se me ocurren. Lo que es seguro es que quiero vivir.
Y para vivir, lo crucial es tener la libertad para decidir qué sí y qué no quiero hacer. Cuáles son mis límites, mis principios, mis valores, y mis imprescindibles.
Sin esta libertad de decisión, de poco me sirve ser feliz. Porque a unos les hace feliz cenar un sábado de tarde una hamburguesa grasienta doble con extra de queso en una cadena de comida rápida y tomarse unas copas en el bar de moda, al que va la gente guapa.
A mi a veces me hace feliz quedarme en casa.
Otras veces viajar a lugares remotos.
Otras ir a un pueblo al lado de casa.
Y otras conversar sobre cualquier cosa con un desconocido.
No sé, mi felicidad es más volátil que el tiempo. Por eso desconfió tanto del que dice que no poseeré nada y seré feliz. Si no poseo nada, no tengo capacidad de elección en ciertos asuntos como por ejemplo dónde dormir, cómo moverme, cómo divertirme o cómo compartir mi tiempo, y eso es lo que más infelicidad me produce en esta vida.
No poder elegir.
No tener libertad.
Si tú también valoras la libertad como lo principal en tu vida, tan importante que ni siquiera es un valor, porque consideras que sin esta libertad la vida no tiene sentido, entonces sabes de la importancia de tener varias vías de ingresos.
Cuantas más en tu posesión, mejor.
No hace falta que estas fuentes de ingresos produzcan miles de euros al mes. Lo importante es que sean fiables, recurrentes y de bajo mantenimiento. Que no te consuman la vida ni tu tiempo.
Así puedes crear varias, y recibir su rendimiento mientras están bajo tu posesión. Cuando te canses de ellas, siempre puedes venderlas para que las gestione otro. Es lo bueno de poseer máquinas de hacer dinero, todo el mundo quiere comprarlos.
Cuando hablo de activos la mayoría piensan en pisos, acciones, y algún local comercial. Los más avispados también añaden las acciones e incluso los derechos de autor al saco, pero todos se olvidan de los activos más rentables, más fáciles de crear y más seguros de la actualidad.
Los activos digitales.
No hablo de especulaciones como los NFTs o nuevas monedas como las cryptos. Hablo de activos que una vez creados e implantados en el mercado generan un flujo constante de ingresos.
Cosas como cursos digitales, portales web, cuentas de redes sociales, marcas personales, marcas digitales, software SaaS, comunidades, suscripciones, y unas cuantas más.
Son las nuevas posesiones de los millonarios del siglo XXI.
Intangibles digitales donde apenas cuesta unos céntimos añadir más usuarios, aunque el llegar al mercado supone un gran reto para la mayoría, tan acostumbrado a la escasez del mundo físico.
En el mundo digital las cosas funcionan de otra manera.
Lo sé porque desde 1998 llevo creando activos digitales para mi y para decenas de clientes.
Unos cuantos ya tienen libertad financiera.
Yo tengo libertad de elección gracias a estas fuentes de ingresos convertidas en negocios. Es lo que más valoro.
Si quieres aumentar tu libertad, únete a este newsletter para formar parte de la comunidad de los despiertos que quieren aumentar su libertad.
Es aquí.
Bienvenido.
En todos estos correos te voy a vender algo que sé que es bueno y quizás a ti te interese. Todos están escritos por mis manos, sin usar inteligencia artificial, porque para hacerte perder el tiempo ya están otros.